domingo, 6 de noviembre de 2016

Tribu de Tierra del Fuego: Yamanas

Los indios Yamana (Yagán)
El Yamana, imposible de integrase, "se vuelva con delicia a su casa, a su vida independiente y de vagabundeo" (Hyades).
Eran los fueguinos lo mas bajos de estatura, de 1,44 a 1,64m, de tronco, hombros y brazos muy desarrollados frente a sus enclenques piernas. Tampoco estaban acostumbrado a caminar que en la tierra se tenían siempre sobre una pierna, luego cambiando por la otra, torpes, sin poder mantenerse quietos, caminando inclinados hacia delante, incómodos, inquietos.
Usaban arpón, lanza y honda, esa con una destreza tremenda. No usaban el arco.
Dice Lucas E.Briges : "Para cazar pájaros y pescar, los yaganes usaban arpones de punta de hueso, a veces de mas de treinta centímetros de largo, con muchas barbas. Para despegar mariscos, lapas y a veces para buscar cangrejos, usaban arpones de madera de cuatro puntas firmemente unidas a la vara. Pero para cazar mayor utilizaban un gran arpón de hueso de cuarenta centímetros de longitud, provisto de una enorme púa y fijado en una ranura, medio suelta, en el extremo de una sólida caña de unos cinco metros de largo, bien pulida y terminada en punta. Al arpón estaba atada una correa firmemente sujeta a la caña a la altura del tercio de su largo, del lado de la púa, de manera que cuando el arma entraba en el cuerpo de la foca, de la marsopa y alguna vez en el de una ballena diminuta, y el animal se lancía mas adelante, la caña se soltaba y, arrastrada por la correa, giraba formando ángulo casi recto con la dirección en que nadaba la víctima, cuya velocidad, por consiguiente, se reducía mucho y permitía al perseguidor alcanzar en su canoa al exhausto animal y atravesarlo con otros lanzazos que ponían fin a la lucha."

"Las mujeres tenia métodos propios para pescar. Usaban sedales hechos con sus propios cabellos trenzados ; cerca de la carnada ataban a la caña una piedra perfectamente redondeada con una pequeña ranura hecha ex profeso para sujetar la línea. La canoa, sólidamente amarrada a una mata de algas, tenía una borda al nivel del agua, sobre cual las mujeres tendían sus cañas. Usaban como carnada colas de pececillos, y una vez engullida por la infortunada víctima, la caña era recogida sin sacudidas. Inconsciente del peligro y sin querer abandonar su alimento, el pez se prendía en el, y en cuanto estaba a algunos centímetros de la superficie la diestra mano de la pescadora lo agarraba y lo depositaba en la cesta destinada a ese objeto. [...] Para pescar peces como el pejerrey y el robalo tenían otro sistema ... "
couteauLas conchas mas que comida también les servían para hacer herramienta.
A pesar de que ninguno de los pueblos fueguinos ha practicado alfarería, ni tejidos, los yamanas eran los mejores cesteros.

Los yamanas, como los alakalufs, mantenían permanentemente un fuego en su canoa (sobre un poco de arena). Si se apagaba el fuego, el riesgo era de una muerte por el frío. Hacer el fuego era una de las primeras tareas que hacían cuando en tierra.
Cuenta Lucas Bridges : "Los fueguinos cumplían muy estrictamente ciertas practicas sociales y, aunque el robo y la mentira eran moneda corriente, se consideraba como una ofensa mortal culpar a alguien de mentiroso, ladrón o asesino."
Cuando una mujer da a luz una niña, al día siguiente, aun en los mas riguroso del invierno, toma a la neonata sobre sus espaldas y con ella entra en el agua, sumergiéndose hasta el cuello.
Como las mujeres alakalufes, solo las mujeres yamana saben nadar, y manejan la canoa.
Dice Lucas E.Briges : "... vivían a menudo en lugares donde en una extensión de muchos kilómetros no se encontraba una playa en que fuera posible botar sus canoas al mar. Debían, por conseguir anclarlas, fuera de las rocas en el lugar mas amparado que pudiesen encontrar. Esta maniobra la realizaban las mujeres. Después de descargar la canoa y de que el hombre se hubiese internado en el bosque en busca de combustible, la mujer remaba algunas brazas hacia afuera entre las espesas algas, que formaban un espléndido rompeolas ; juntaba un haz de ramas de aquellas plantas, semejantes a cuerdas, y aseguraba con ellas la canoa, que quedaba así firmemente atada a sus raíces. Cumplida esa tarea, nadaba hacia la costa y corría en busca del fuego de su choza, para secarse y entrar en calor. Las mujeres nadan como perros y avanzan sin dificultad entre las algas. Nunca he visto a un hombre blanco que fuese lo bastante arrojado como para intentar tan peligrosa hazaña. Aprendían a nadar en la infancia ; sus madres las llevaban consigo para acostumbrarlas. En invierno, cuando las algas estaban cubiertas por una fina capa de nieve, ocurría a veces que la niñas dificultaban la natación a sus progenitoras al subirles a la cabeza para escapar de las aguas heladas."

Dice Lucas E.Briges : "... ella se había casado después con un joven de unos dieciocho años que estaba allí a su lado. Elle tenia mas de cincuenta años. Esta diferencia de edad era corriente en los matrimonios yaganes ; hasta que se aconsejaba, no solo para conveniencia de los hombres viejos, sino también para la de los maridos jóvenes, que disponían así de mujeres de gran experiencia que sabían atender a sus necesidades, aconsejarlos bien, manejar las canoas y ayudarles de muchos modos, en circunstancias en que las jovencitas hubieran fracasado." 

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